Perros y recién nacidos: ¿pueden estar juntos? Descubre cómo lograr una convivencia segura y feliz
Imagínate esta escena: llegas a casa con tu bebé recién nacido y tu fiel perro te recibe moviendo la cola con entusiasmo. ¿Puede esta estampa idílica convertirse en realidad? Muchos padres primerizos se preguntan: Perros y recién nacidos: ¿pueden estar juntos? La respuesta corta es sí, ¡pero con precaución y preparación! En este artículo, te guiaremos paso a paso para que la llegada de tu bebé sea una experiencia positiva y segura tanto para tu hijo como para tu querido compañero canino. ¿Listo para descubrir los secretos de una convivencia armoniosa? ¡Sigue leyendo!

¿Es seguro tener mascotas en casa con un recién nacido?
Esta es una de las primeras preocupaciones que asaltan a los futuros padres que ya tienen un perro en casa. La respuesta es que es seguro tener mascotas en casa con un recién nacido, siempre y cuando se tomen las precauciones adecuadas y se realice una preparación exhaustiva. Los perros pueden convertirse en compañeros maravillosos para los niños, ofreciéndoles amor, protección y diversión. Sin embargo, la llegada de un bebé supone un gran cambio en la dinámica familiar, y es crucial gestionar esta transición de forma inteligente.
Entendiendo la perspectiva canina: ¿Los perros saben que es tu bebé?
Aunque los perros no entienden el concepto de «bebé» de la misma manera que los humanos, sí son muy sensibles a los cambios en su entorno y a las señales que emiten sus dueños. Pueden percibir el cambio en el olor, el comportamiento y la rutina de sus personas queridas. Además, muchos perros muestran una actitud protectora y curiosa hacia los bebés, especialmente si se les introduce de forma correcta. La clave está en ayudar a tu perro a entender que el nuevo miembro de la familia es importante y debe ser tratado con cuidado.
Precauciones clave para una convivencia segura entre perros y recién nacidos
La seguridad es primordial cuando se trata de la interacción entre perros y bebés. Aquí tienes algunas precauciones esenciales que debes tener en cuenta:
1. Preparación antes de la llegada del bebé:
- Acostumbra a tu perro a los nuevos olores y sonidos: Antes de que llegue el bebé, introduce en casa los olores de lociones, pañales y otros artículos de bebé. También puedes poner grabaciones de sonidos de bebés (llantos, balbuceos) a un volumen bajo para que tu perro se vaya familiarizando.
- Revisa su salud y comportamiento: Asegúrate de que tu perro esté al día con sus vacunas y desparasitación. Si tiene algún problema de comportamiento como agresividad o ansiedad, consulta con un veterinario o un etólogo canino para abordarlo antes de la llegada del bebé.
- Refuerza las órdenes básicas: Asegúrate de que tu perro responde bien a órdenes como «sentado», «quieto» y «aquí». Estas órdenes serán muy útiles para controlar sus interacciones con el bebé.
- Crea un espacio seguro para el bebé: Prepara la cuna, el cambiador y otras áreas donde el bebé pasará tiempo. Permite que tu perro explore estas zonas bajo supervisión, pero enséñale que son «territorio del bebé» y que debe ser respetuoso.
2. El primer encuentro: Introducción gradual:
- Mantén la calma: Tu actitud influirá en la reacción de tu perro. Intenta estar tranquilo y relajado durante la presentación.
- Deja que huela al bebé a distancia: Al llegar a casa con el bebé, permite que tu perro lo huela desde una distancia segura, quizás a través del portabebés o la cuna. Evita el contacto directo en los primeros momentos.
- Supervisa el contacto cercano: Cuando permitas un acercamiento más directo, asegúrate de que tu perro esté tranquilo y bajo control. Permítele oler los pies del bebé o la cabeza bajo tu supervisión estricta.
- Asocia la presencia del bebé con experiencias positivas: Ofrécele a tu perro premios y elogios cuando esté tranquilo y muestre curiosidad calmada hacia el bebé.
3. Supervisión constante: La regla de oro:
- Nunca dejes a tu perro solo con tu bebé: Esta es la regla más importante. Incluso el perro más cariñoso puede reaccionar de forma inesperada, especialmente si se siente asustado o celoso. La supervisión de un adulto es esencial en todo momento.
- Presta atención al lenguaje corporal de tu perro: Aprende a identificar las señales de estrés o incomodidad en tu perro, como orejas hacia atrás, labios tensos, bostezo excesivo o mirada huidiza. Si notas alguna de estas señales, separa al perro del bebé.
4. Establecer límites y jerarquía:
- Mantén las rutinas de tu perro en la medida de lo posible: Intenta mantener los horarios de paseo, comida y juego de tu perro para que no se sienta desplazado por la llegada del bebé.
- Enséñale a respetar el espacio del bebé: No permitas que tu perro lama la cara del bebé, se suba a su cuna o le quite sus juguetes.
- Dedica tiempo exclusivo a tu perro: Aunque estés ocupado con el bebé, asegúrate de dedicar tiempo a jugar y mimar a tu perro para que no se sienta ignorado.
5. Proporcionar espacios seguros para ambos:
- Crea zonas de descanso separadas: Asegúrate de que tanto el bebé como el perro tengan sus propios espacios donde puedan retirarse y descansar sin ser molestados.
- Utiliza barreras de seguridad: Puedes usar barreras para bebés para separar áreas de la casa y evitar que el perro acceda a la habitación del bebé sin supervisión.
¿Qué pasa si un perro duerme con un bebé? Los riesgos a considerar
Aunque pueda parecer tierno, qué pasa si un perro duerme con un bebé puede conllevar ciertos riesgos importantes:
- Asfixia accidental: Un perro, incluso sin querer, podría rodar sobre el bebé y dificultar su respiración.
- Mordeduras o arañazos: Aunque sea raro, un perro podría reaccionar de forma inesperada si se siente molesto o asustado mientras duerme.
- Higiene: Aunque tu perro esté limpio, puede transmitir pelo, caspa y otros alérgenos al área de descanso del bebé.
Por estos motivos, no se recomienda permitir que un perro duerma en la misma cama o cuna que un bebé. Lo más seguro es que el perro tenga su propia cama en la misma habitación o en otra cercana.
¿Qué enfermedades produce la saliva del perro? Desmitificando creencias
Es común preguntarse sobre la seguridad de la saliva de perro alrededor de un bebé. Si bien es cierto que la saliva de los perros puede contener bacterias, la mayoría de ellas no son peligrosas para los humanos con un sistema inmunitario sano. Sin embargo, en bebés con sistemas inmunitarios aún en desarrollo, es mejor ser precavido.
¿Qué enfermedades produce la saliva del perro? En raras ocasiones, la saliva de perro puede transmitir ciertas enfermedades bacterianas o parasitarias a través de mordeduras o lamidas en heridas abiertas. Sin embargo, lamer la piel intacta de un bebé generalmente no representa un riesgo significativo de enfermedad. La principal preocupación suele ser la higiene general y la prevención de posibles alergias. Es importante mantener al día la higiene de tu perro y evitar que lama la cara del bebé, especialmente alrededor de la boca y los ojos.
Señales de alerta: Cuándo buscar ayuda profesional
En algunos casos, la adaptación entre un perro y un recién nacido puede ser más difícil de lo esperado. Busca ayuda profesional de un veterinario o un etólogo canino si observas alguna de estas señales:
- Tu perro muestra signos de agresividad hacia el bebé (gruñidos, ladridos, intentos de morder).
- Tu perro está extremadamente ansioso, deprimido o muestra cambios drásticos en su comportamiento.
- Tienes dificultades para controlar las interacciones entre tu perro y tu bebé a pesar de seguir las recomendaciones.
Un profesional podrá evaluar la situación y ofrecerte pautas personalizadas para garantizar la seguridad y el bienestar de todos.

Beneficios de la convivencia entre niños y perros (a largo plazo)
Aunque la etapa inicial requiere precaución, a medida que tu bebé crezca, tener un perro en casa puede aportar numerosos beneficios:
- Compañía y afecto: Los perros pueden convertirse en amigos incondicionales para los niños, ofreciéndoles amor y compañía.
- Desarrollo social y emocional: Los niños que crecen con perros suelen ser más empáticos, responsables y tienen una mayor autoestima.
- Actividad física: Los perros animan a los niños a salir a pasear y a jugar al aire libre, promoviendo un estilo de vida activo.
- Seguridad: Muchos perros tienen un instinto protector hacia los niños de su familia.
Conclusión: Una transición gradual hacia una feliz convivencia
La llegada de un bebé es un momento emocionante y transformador para toda la familia, incluyendo a tu perro. Con paciencia, preparación y las precauciones adecuadas, la convivencia entre perros y recién nacidos puede ser segura y gratificante para todos. Recuerda que la supervisión constante y la atención a las necesidades de ambos son clave para construir una relación armoniosa que durará años. ¡Disfruta de esta nueva etapa junto a tus seres queridos, peludos y no peludos!